Sin haber instalado siquiera el Deponia
banco totalmente a Érelen. Y digo instalar porque sí que tengo un porrón de aventuras de Daedalic que compré en una oferta de GOG hace como unos nueve meses, pero no he jugado más que el principio de alguna (y no me quedaron ganas de seguir). Me las compré porque muchos hablabais muy bien de ellas (tranquilos, yo para eso de las venganzas soy muy blando, apenas llego a meter arsénico en las comidas). En cuanto a diseño daban una impresión terrible, así que solo pueden mejorar según avance el juego.
No están los tiempos para tirar los euros a la basura, así que no veo más motivación que jugarlas para hacer
Spoilers didácticos en Indiefence, tomándolas como ejemplo de cómo no diseñar aventuras. Yo no tengo demasiados reparos en despellejarlas sin compasión si consigo terminarlas, los de Daedalic no se van a sentir ofendidos por textos que no van a leer.
Sobre el humor, parafraseando a su compatriota Schuster:
¿de dónde es Daedalic? No hase falta desir nada más. Para encontrar alemanes graciosos tenemos que retrotraernos a ¿Lubitsch?, tranquilamente. El humor alemán suele ser chabacano y pueril, tal como lo describe Érelen.