Josep lluís, sin dudas.
Pero desde luego, yo parte de la base de que todo el mundo tiene un ideolecto. A no ser que seas un virtuoso de las lenguas, seguro que diciendo eso o lo otro te quedas plasmado. Que te cueste pronunciarlo, o que no lo digas del todo bien. Lo que denota que vas de honesto o de pedante no es el nombre en si, sino el contexto y como lo dices.
Yo lo arreglo diciendo "uff, lo siento por vosotros y especialmente por él, nunca sabré decir bien el nombre por lo fácil que parezca". En cierto modo, es una manera de salir por peteneras de que (soy) disléxico.
Por el nombre. Si bien personajes históricos, como enclaves mundiales entiendo que sean traducidos, por una absorción cultural, no lo considero por nombres propios de personas actuales. No sólo por una cuestión de respeto, sino más bien de utilidad. Si me llaman Guillermo o Guillaume, no sé si me hablan a mi o a otro.
A parte, y mira que he hecho algún papel a nivel europeo, nunca he visto mis nombres traducidos. Que barbarie llamarse "William Wheel Onioner"
A todo esto, mi criterio parece no coincidir con el de las organizaciones lingüísticas. Así que mentalmente sé que hay que hacer lo contrario de lo que creo que debería hacer.