Saago escribió:
Me parece que os habéis equivocado de sección al publicar esto; sería más apropiado ponerlo en la de “Originalidades”, como transcripción del manual de instrucciones, “nota de prensa oficial” o algo así.
Básicamente, porque calificar esto de análisis, en cualquier contexto que no sea humorístico o paródico, es una verdadera falta de respeto al lector y al sentido común. ¿Exactamente qué “análisis” se realiza en este texto? En lo que respecta al argumento, sólo se expone la trama como si de la contraportada de la caja se tratara; no se deja de mencionar lo excelente que es el guión, pero no hay ni una sola frase en todo el artículo diciendo qué es lo que lo hace bueno. Se comenta que el apartado sonoro está mucho más cuidado porque raro es el escenario en el que no haya algún sonido (!!!). Y también resulta que la mitad del apartado de jugabilidad, es decir, el referente al diseño de la aventura (de lo más importante, si no lo más), se centra en explicar, como si el lector fuera rematadamente gilipollas, que en la pantalla de objetivos podemos consultar los objetivos (¡oh!), que en la pantalla de inventario vemos los objetos que hemos recogido (¡oh!), que en la pantalla de documentos guardamos los documentos que encontramos (¡oh!), que con el cursor de la flecha movemos al personaje, con el de la mano recogemos cosas y con el de la boca hablamos (!!!!!!!!). Y para poner el lazo a este imparable torrente de información, se nos comenta que apenas hay caminatas.
¿”Eso” es un análisis del diseño de una aventura? ¿Contar cómo se utiliza el jodido cursor y cómo se dividen las pestañitas del menú es diseccionar una aventura gráfica? ¿Pero qué tomadura de pelo es ésta?
Luego se menciona que los puzzles son muy buenos, se menciona Le Serpent Rouge sin venir a cuento y acto seguido se comenta que hay puzzles de tablero y matemáticos (¿mande?). Y ya está. O sea que la historia es buena, el diseño es bueno y los puzzles son buenos, pero no hay ni un solo argumento (pero es que ni uno) justificando por qué lo son. Lo dicho, una enumeración superficial propia de una contraportada o de una nota de prensa.
Y no me molestaría en decir nada (dado que no es tampoco una novedad), si no fuera porque se nota ya una alarmante y creciente tendencia a dirigirse a la gente como si fueran cenutrios. En el momento en el que se empieza a hacer eso, se pasa de ser cutrón a ser nocivo, pues cuando se trata sistemáticamente a alguien como si fuera idiota al final se idiotiza. Y lo último que necesita el género es que se trate a sus aficionados como imbéciles incluso desde de una web dedicada de reputación.
Pero nada, llamadme troll y defended el análisis contra viento y marea aunque esté mediocremente redactado, aunque no tenga ni un solo argumento, aunque no tenga la más mínima profundidad.
Pues feo es decirlo, pero qué coño, Saago tiene toda la razón... otra vez. Y añado: creo que más que un problema necesariamente de rosela o de cualquiera es un problema de la rigidez inusitada e inútil del esquema sobre el que escribís los análisis. Demasiado compartimentados, lo que obliga a caer en la ridiculez de lo obvio o lo innecesario; demasiado deslabazados, lo provoca la excesiva compartimentación.
Y antes de que nadie diga nada, no le veo el tono irrespetuoso por ningún lado, lo que le veo es indignado.
