Esto me recuerda a un hilo de la difunta Spanishare (QEPD). Nunca tuvo mucho éxito pero a mí me pareció de lo mejorcito. Sin más preámbulos, esta es la historia de cómo una aventura gráfica me robo el corazón y me alejó de la senda del Doom y el Duke Nukem. No sé si hay alguna forma de hacer esto sin destripar, el que lo lea ya sabe a lo que se arriesga.
Yo perdí mi virginidad aventurera hará unos nueve años. Hasta entonces no había jugado mucho con el ordenador, un poco al Doom y similares y, sobre todo, al Buscaminas y los solitarios de Windows (si alguna vez hicieran un campeonato del mundo del "Carta blanca" seguro que lo ganaba yo). Entonces una amiga me dijo que tenía un juego de Indiana Jones muy chulo en el que tenía que pensar e ir solucionando puzzles. Se refería al grandioso
Indiana Jones & the Fate of Atlantis (Indy4 para abreviar).
Allí estaba yo, con mi flamante 286 heredado de mi hermano mayor; ya no me acuerdo muy bien, pero yo juraría que no tenía tarjeta de sonido, así que supongo que los zumbidos del altavoz interno se oirían en toda la casa. En aquellos tiempos seguro que me parecería espectacular eso de estar escuchando la música de las películas en mi ordenador. Y los gráficos, ¡si es que el personaje era igual que Indy! Es verdad, se parecía más que el espantajo del Indiana Jones & the Infernal Machine. Cuando lo pienso ahora me da la risa, pero entonces yo (tímido jugador de Doom) no me hacía a eso de manejar las flechas con la izquierda y apuntar con el ratón y la derecha, así que usaba únicamente el teclado para los FPS. Y, claro, me parecía muy incómodo de manejar el Indy4 con el ratón, así que lo jugué
MOVIENDO EL CURSOR CON LAS FLECHAS DEL TECLADO. Luego le damos vueltas a las 2D y las 3D;
para mí el Indy4 fue la primera aventura en 3D .
¿Os acordáis de la introducción? Estamos en un museo y vamos tocándolo todo mientras nos caemos por una trampilla, se nos viene una estantería encima, un gato nos hace caer por un plano inclinado para acabar encontrando una estatuilla. Pues juro que
PENSÉ QUE YA SE HABÍA ACABADO EL JUEGO. Me había parecido muy corto para ser 5 disquetes. Vaya alegría me llevé cuando vi que la cosa seguía (anda si seguía, lo que me faltaba por ver).
Recuerdo haber jugado sin parar hasta bastante entrada la noche. Los ojos se me caían mientras intentaba descifrar cuál era el maldito nombre del Diálogo Perdido de Platón, mientras un loro se escojonaba de mí. Ésa fue
la primera vez que me fui a la cama dándole vueltas a cómo resolver un enigma, seguro que hasta soñé con el lorito de las narices. Me sentí muy orgulloso, al día siguiente, cuando resolví el problema. Meses después, cuando lo jugó mi mujer, se le ocurrió responder a la primera "Título" y el loro le dio la respuesta (espero que me perdonéis el destripe). Recuerdo que me piqué mucho y
le dije que así no valía, que le había salido de churro y que yo lo había resuelto pensando. Por cierto, ella era mucho mejor que yo matando nazis a puñetazos, lo que hizo que yo la quisiera todavía más
.
Cuando hubo que elegir entre los tres caminos (con Sofía, con ingenio o a mamporros) elegí con Sofía. Tenía miedo de no poder acabar el juego y sentía que con Sofía al lado me resultaría más fácil (tenías razón, Lobo, si es que soy un calzonazos Risitas ). Una de las cosas que me resultó más divertida fue la de disfrazarme de fantasma para que un tío me diese la piedra lunar (ya sé que se le puede convencer para que nos la dé por las buenas, pero era mi primera aventura, no me pidáis tanto ). Tras varias peripecias llegué a Creta y eso ya me pareció la hostia. Cuando conseguí salir de la excavación (después de que me mataran porque me negué a darle las piedras al nazi, ¿no se supone que es lo que debe hacer un héroe como Indiana Jones?) Me parecía increible que todavía no se hubiese acabado la historia, con la cantidad de puzzles que había conseguido resolver. Y llegué a la Atlántida.
Bueno, no tengo palabras para describirlo. Espectacular. Puzzles, nazis, una escalera que se usa en dos sitios diferentes, unas máquinas que hay que arreglar, esa Sofía que me cuando la rescato de la celda (como en las películas), esa Sofía que luego es poseida por un espíritu, esas cuentas de orichalcum... Recuerdo haber gastado un montón de cuentas en intentos fallidos y haber tenido que crear más varias veces, hasta que me cansé y lo hice cuatro o cinco veces seguidas, y
por ahí iba yo con un centenar de cuentas en el bolsillo.
Pero todo lo bueno tiene su final. Recuerdo que la primera vez elegí 20 cuentas (
menos sonrisitas, coño, que era mi primera aventura gráfica) y adiós Indiana Jones. Fui lo suficientemente listo como para darme cuenta de que tenía que haber otra forma de terminar el juego bien, ligándome a Sofía, y la encontré. Me partí de risa cuando la Atlántida se hunde mientras ellos se besaban.
En circunstancias normales aquí se acabaría la historia, pero éste no era un juego normal. Lo retomé para terminar por los otros dos caminos, superando ingenios y puñetazos, y desde entonces lo habré vuelto a jugar no sé ni cuántas veces. He intentado conseguir los 1000 puntos de la aventura, pero
me quedé en 950. Hay algunos nazis que son invencibles (hasta para mi señora, y eso que boxea como Tyson) y siempre he tenido una duda: ¿Es posible convencer a Sofía para que se preste voluntaria con el lanzador de cuchillos o siempre hay que EMPUJARLA a hacerlo? Yo nunca la conseguí convencer (y eso que labia no me falta).
Bueno amigos, eso es todo por mi parte. Espero que os haya gustado el relato de mis primeros pinitos en este mundillo. Qué recuerdos, un poco más y se me cae una lagrimilla
Edito: O sea que el Lobo perdió la virginidad con un Larry. Vaya, vaya, eso explica algunas cosas