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Bueno, no es por tocar las narices, pero casi todas las aventuras que se ven últimamente nos llevan a imágenes de callejones sucios, llenos de posters y papeles por el suelo o a casas desvencijadas con todo patas arriba con una imagen deprimente.
Están muy logradas, como las de esta aventura, pero tampoco estaría mal que las aventuras llevasen al protagonista a una zona lujosa y comercial.
Corrijo: lujosa sí, pero no comercial. El gentío de las rebajas haría que nuestra tarjeta gráfica se achicharrase en sentido inversamente proporcional a la velocidad de movimiento del personaje protagonista.
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