El análisis que nos ocupa hoy versa sobre lo que la mayoría de la gente conoce como Drácula 1. Sin duda podría decirse que tanto este juego como su secuela son los más conocidos sobre el archiconocido hematófago Conde Drácula dentro del mundo aventurero, pero hay que decir que no es el primer Drácula que los aficionados a las aventuras gráficas han podido jugar, pues años atrás, a principios de los 90, encontramos títulos como Dracula: The Undead (Atari, 1991) y Dracula: Unleashed (Viacom, 1993), ambos únicamente disponibles en perfecto inglés.

“Drácula: Resurrección” es una aventura gráfica en primera persona que salió a la luz en el año 2000, fruto del trabajo de un triplete de desarrolladores: Index, France Telecom Multimedia y Canal + Multimedia. Si echamos la vista atrás, veremos que en esa época salieron otros juegos como La fuga de Monkey Island y recién habían salido títulos de gran prestigio como The Longest Journey, Gabriel Knight 3: El testamento del diablo, Sanitarium, Nightlong: Union City Conspiracy o Discworld Noir, entre otros (sin duda, 1999 fue año de buena cosecha).

Veamos pues si “Drácula: Resurrección” puede equipararse con estos títulos de la época o si se queda uno o varios peldaños atrás.

El juego empieza con una breve introducción que corresponde al final del libro de Bram Stoker. Vemos como en 1897, en Borgo (Transilvania), el protagonista del juego (Jonathan Harker), Mina (su mujer) y una tercera persona, atacan el “carruaje” de Drácula, que es degollado y muere (o no).

Siete años después, Jonathan llega a su casa y se encuentra con una carta de Mina en la que le dice que ha empezado a sentir la llamada de Drácula y su mansión y que no tiene otro remedio que partir inmediatamente a Transilvania para saber qué ocurre.

Como no podía ser de otra manera, Jonathan emprende inmediatamente la marcha hacia el castillo de Drácula con el fin de rescatarla y liberarla de sus garras, pues está convencido de que éste sigue vivo.

El control sobre el juego empieza en una posada cercana al castillo de Drácula. La noche ha caído y el camino hacia el castillo está cortado, amén de que unos cuantos secuaces del Conde intentan lo que sea para que fracasemos en nuestra tarea. Debemos por tanto engañar a los maleantes y, con la ayuda de las buenas gentes del lugar, encontrar un medio para llegar al castillo.

Esto correspondería a la primera parte del juego. La segunda parte transcurre en el mismo castillo y el objetivo es encontrar y liberar a Mina, para lo cual deberemos superar todo tipo de trampas que el Conde nos tiene preparadas y descubrir los secretos que el castillo alberga.


En cuanto a personajes es un juego más bien pobre, poca gente nos vamos a encontrar. Jonathan Harker es el personaje principal y en cuentagotas encontraremos algunos secundarios cuyos conocimientos de la zona serán fundamentales para avanzar.

Así pues encontramos:

• Jonathan Harker: protagonista del juego, parte hacia el castillo de Drácula para rescatar a Mina.
  
  
• Mina: mujer de Jonathan, parte hacia el castillo de Drácula atraída por el Conde, que la mantendrá prisionera.
  
  
• Dorko: bruja prisionera de Drácula que conoce los secretos del castillo y ayudará a Jonathan a avanzar por el mismo.
  
  
• Posadera y cazador: son los “buenos” de la primera parte del juego y ayudarán a Jonathan a encontrar un camino hacia la mansión de Drácula.
  
  
• Gitanos secuaces de Drácula: justo lo contrario que los anteriores, deberemos engañarles para poder avanzar en el juego.

Sin duda el apartado gráfico es uno de los fuertes del juego, por supuesto siempre teniendo en cuenta que se trata de un título con más de un lustro de antigüedad. Se trata de una aventura en 3D con fondos en dos dimensiones, en el que el nivel de detalle que alcanzan las imágenes del juego y los personajes es digno de ver, si bien esto se ve algo empobrecido por la escasa resolución que utiliza (800x600).

¿Y qué decir de la ambientación€ “Drácula: Resurrección” es un juego oscuro y tenebroso en el que la luz del sol y el colorido brillan por su ausencia. Esto, que en otro juego sería negativo, en este caso ayuda a conseguir una ambientación muy bien lograda, pues añadido a la visión en 360º que tenemos hace que en todo momento parezca que realmente nos encontramos en un destartalado pueblo o en un imponente castillo.

Pero si algo es excepcional en este juego, son las numerosas y frecuentes animaciones cuyo grado de realismo ya quisieran para sí muchas aventuras gráficas de hoy en día. Estas animaciones aparecen en momentos importantes de la trama del juego y a cada rato, por ejemplo, cuando ascendemos/descendemos escaleras, activamos algún mecanismo, hablamos con alguien, etc., de modo que vemos como los personajes gesticulan, abren y cierran los ojos y mueven los labios al conversar con ellos, como Jonathan sube un peldaño tras otro, etc. Toda una delicia para los ojos.

Dentro de este aparatado gráfico también cabe mencionar el inventario, pues su nivel de detalle y cuidado es también digno de mencionar. Ocupa toda la pantalla (se accede a él mediante el botón derecho del ratón) y consiste en un aro formado por diferentes casillas circulares pequeñas y una casilla grande central. Los objetos se colocan en las casillas pequeñas y, al seleccionar uno, este aparece ampliado en la casilla central. Los objetos están tan bien modelados y tienen tantos detalles que merece la pena pararse un momento a contemplarlos.

Si el apartado gráfico es de lo mejorcito del juego, el apartado sonoro es de lejos lo peor. Destaca por su ausencia y su falta de calidad.

Para empezar, la música brilla por su ausencia. Escucharemos alguna melodía en la introducción y de vez en cuando en alguna animación (en estos casos de gran calidad, todo hay que decirlo) pero pare usted de contar. Esto es una lástima porque, con la calidad de los escenarios, una musiquilla inquietante bien elegida habría conseguido resultados espectaculares. No obstante, no nos invadirá el silencio absoluto, pues si bien no hay música, sí que hay efectos sonoros (desgraciadamente).

Estos efectos, más que ayudar a meterte en el ambiente, te instan a que desconectes el interruptor del audio del ordenador. Consisten básicamente en una serie de ruidos, uno determinado según el lugar en el que te encuentres, que se repiten con una frecuencia constante. Así pues, por ejemplo, en el cementerio del castillo de Drácula oiremos cada dos por tres el ladrido de un perro y, ya dentro del mismo, oiremos un extraño ruido que vaya usted a saber cuál es su finalidad y qué significa. Es verdad que hay algún que otro efecto sonoro correcto, como el fluir del agua, pero muy pocos.

Para rematar la faena están las voces de los personajes. En los tiempos que corren, el mero hecho de que un juego esté doblado al castellano debería ser motivo de satisfacción y felicitación, pero es que da la sensación de que los dobladores del juego sean extranjeros. Especialmente Jonathan Harker habla con un acento y entonación un tanto peculiar, una mezcla de Aznar y Van Gaal (entre lo que mueve los labios uno y el acentazo del otro, imaginaos).

Todo esto está muy bien, pero vayamos a lo que realmente interesa: la jugabilidad.

“Drácula: Resurrección” no es ninguna innovación en este sentido y se caracteriza por ser el clásico juego con vista en primera persona, con los típicos avances por los escenarios “en saltos” y con una visión en 360º.

El sistema de manejo es tremendamente sencillo. Al mover el ratón se mueve la cámara, de modo que podremos ver todo lo que nos rodea, el suelo y el cielo, y con el botón izquierdo avanzaremos por aquellos lugares por los que se pueda (esto lo sabremos porque el cursor se transformará en una flecha, que nos indicará la dirección a seguir).

El juego se maneja únicamente con el ratón, más exactamente con el botón izquierdo, pues el botón derecho sólo sirve para acceder al inventario. El cursor cambia de forma en cada zona de la pantalla según la acción que se pueda realizar y lo único que hay que hacer es clicar en el botón izquierdo para ejecutar dicha acción. Son cinco las acciones que se pueden llevar a cabo, cada una representada por un tipo concreto de cursor: avanzar (el cursor es una flecha), observar de cerca/hablar con alguien (el cursor es una lupa), accionar algo (el cursor es una mano sobre una rueda dentada), usar un objeto sobre algo (el cursor son dos ruedas dentadas acopladas entre sí) y coger algún objeto (el cursor es una mano). Un último icono, el de una flecha doblada, nos ofrece la posibilidad de salir de un primer plano (cuando estemos observando algo en detalle).
Al hilo de esto cabe mencionar que en ocasiones notaremos que el puntero no responde, sobre todo cuando queramos avanzar por algún sitio, de modo que deberemos intentarlo dos o tres veces hasta conseguirlo.

Cuando queramos usar algún objeto en algún sitio, deberemos acceder al inventario mediante el botón derecho del ratón y seleccionarlo con el botón izquierdo. Si el objeto se puede utilizar, el anteriormente mencionado cursor de las dos ruedas dentadas se transformará en el propio objeto rodeado por un halo verde y solo quedará hacer clic con el botón izquierdo.

El inventario, como ya he dicho anteriormente, abarca la pantalla entera. Como aspecto positivo señalar el nivel de detalle de los objetos y la sencillez de manejo, pero se echa en falta alguna descripción de los objetos.

Algo más peculiar es el sistema de hablar con los personajes, algo que sólo podremos hacer en contadas ocasiones. Al hacer clic sobre el personaje en cuestión, saldrá una pantalla con un primer plano del mismo y a la derecha diferentes dibujos, que corresponderán a los temas sobre los que podamos hablar. Una vez que hemos hablado sobre un tema en concreto, podremos repetir la conversación pero el icono aparecerá con un doblez en una esquina.

Algo a destacar es que los vídeos, animaciones, conversaciones, etc., pueden saltarse mediante el uso de la barra espaciadora. Detalle importante y que agradecerán especialmente los más impacientes.

Por otra parte, el juego carece de subtítulos, de modo que tendremos que estar atentos a la voz de las animaciones si queremos enterarnos de la trama del juego, convirtiéndose la aventura en inaccesible para aquellos que tengan problemas de oído.

Al menú del juego se accede al ejecutarlo o, si ya estamos jugando, mediante la tecla “ESC” del teclado. Nos ofrece la posibilidad de iniciar una nueva partida o continuar la que estábamos jugando, guardar la partida, cargar una partida y salir del juego. No hay ningún botón “opciones” o similar que nos permita modular el volumen de la voz, sonidos, resolución, etc.

Respecto al sistema de guardar partida cabe decir que sólo dispondremos de ocho slots para guardar, una cifra que a algunos se les puede hacer más bien corta.

No me quiero olvidar de un aspecto especialmente irritable: los dichosos cambios de CD. El juego consta de dos discos y, mientras usemos el primero de ellos, no tendremos ningún problema pero, al llegar al segundo, descubriremos que para arrancar el juego necesitaremos el primer CD y, una vez carguemos la partida, nos solicitará el segundo, lo cual acaba haciéndose bastante pesado, la verdad.

Y por último, respecto a la duración, poco cabe decir. Es un juego corto, no excesivamente, pero corto.

Si el juego ya es corto de por sí, esto se ve exacerbado por la escasa dificultad del mismo.

Es una aventura en la que básicamente lo que tenemos que hacer es explorar todos los sitios, coger los objetos que nos vayamos encontrando y usarlos en los lugares correspondientes. Nada más. Sólo en algún que otro caso deberemos resolver el típico puzzle de “tablero”, pero en muy contadas ocasiones y son puzzles más bien sencillos. En general todo lo que hay que hacer es bastante lógico y caeremos en seguida en ello; raramente nos atascaremos.

Cabe mencionar que el juego es lineal 100%. Anteriormente os he comentado que, cuando podemos usar un objeto sobre un sitio, el icono de las ruedas dentadas se ve sustituido por el propio objeto rodeado de un halo verde. Pues bien, la linealidad llega hasta tal punto que si vamos a usar un objeto sobre su lugar correspondiente pero no hemos hecho algo antes, el objeto aparecerá rodeado de un halo rojo, que nos indica que debemos usar ese objeto allí pero no sin antes hacer otras cosas.

Probablemente, su mayor dificultad radique en encontrar aquellas cosas sobre las que se puede interactuar (coger, usar, combinar, etc.), pues el juego se ve afectado por un terrible píxel hunting y deberemos pasar el ratón con gran minuciosidad por la pantalla si no queremos saltarnos cosas importantes.

Es por tanto un juego que no tiene pérdida. Si os quedáis atascados, simplemente explorad bien el escenario, que seguro que encontráis algún objeto por ahí tirado que deberéis usar en algún sitio.

“Drácula: Resurrección” no es desde luego la panacea del mundo de las aventuras gráficas. Es un juego normalito que además se vio eclipsado por las grandes aventuras que salieron en su tiempo.

No obstante, no es un mal juego y no es una mala opción para aquellos que no tienen grandes títulos por jugar. Es una aventura que, si bien no encandilará a nadie, sí que se deja jugar fácilmente. Los gráficos están muy bien realizados, es sencillo, lógico, la historia es interesante y resulta agradable de jugar. Incluso puede resultar aceptable para aquellos a los que no les suelen gustar las aventuras en primera persona. Además, su lógica y sencillez son dos aspectos interesantes de cara a aquellos que se están iniciando en este mundo.

Escrito por Rojinegro

Publicado el 22 de mayo de 2007

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