Dice el refrán, no sin cierta razón, que las segundas partes nunca fueron buenas. Pero no es que no hayan existido buenas continuaciones de grandes aventuras, sólo hay que recordar casos como el de Monkey Island 2: Lechuck's Revenge. Aunque siguiendo con refranes, ¿será ésta la excepción que confirme la regla€ Nos hallamos ante el gran apogeo de las continuaciones, los spin-off y los remakes. La industria, sea discográfica, cinematográfica, o de videojuegos ha caído en la cuenta de que así se reducen riesgos y se aumentan los beneficios. Productos enlatados, con apenas diferencias con sus predecesores, que aprovechan tramas, reutilizan planos y copian personajes minimizando el proceso creativo.

Para colmo los desarrolladores han encontrado una plataforma ideal para lanzar en masa todo este tipo de proyectos, la consola portátil Nintendo DS. Pequeña, compacta y potente, esta consola ha experimentado un aumento considerable de aventuras gráficas en apenas dos años. Juegos tan notables como Hotel Dusk: Room 215 están disponibles a un toque de puntero, y junto con él muchísimos otros juegos de más o menos renombre: Runaway 2, Secret Files: Tunguska y Phoenix Wright: Ace Attorney entre otros.

Undercover: Doble Traición encaja su historia construyendo una precuela respecto a su hermano mayor, Undercover: Operación Wintersun disponible para PC, sin demasiadas conexiones entre ambos juegos aparte de la aparición de algunos personajes. La aventura viene de las manos del mismo estudio, Sproing, y distribuida también por Anaconda.

John Rusell, profesor titulado y gran experto en física, está llevando a cabo una serie de investigaciones en un centro militar de Inglaterra. La situación política es cada vez más compleja, y el miedo al espionaje enemigo endurece gravemente las medidas de seguridad. El coronel Travers, jefe del contraespionaje del gobierno, se encuentra en la zona, y John no tarda en ser inculpado por una serie de filtraciones que parece que se han ido cometiendo en las últimas semanas. Con la ayuda de Audrey, una valiente secretaria muy amiga de John, deberá investigar al resto de profesores y personal del centro militar.

Cuatro años antes de que John viva su gran aventura en Berlín, éste se enfrentará a una gran historia de espionaje, llena de secretos, de cómplices y de mentiras.

Si no somos demasiado exigentes, se podría calificar el juego como gráficamente bonito. Sin ningún adorno o adjetivo extra en este sentido, todo cumple su función y punto. Los escenarios están bien detallados y coloreados con semitonos bastante agradables. No nos abrumaremos contemplando unos grandes parajes repletos de belleza, pero tampoco podremos encontrar en ello un fallo grave a tener en cuenta. Las animaciones, más cuidadas en los personajes principales, se ajustan bien al entorno, sin mostrar ralentizaciones y giros bruscos al cambiar el sentido mientras caminamos o al realizar acciones.

En el momento de entablar conversación, los personajes pasarán a un primer plano donde podremos apreciar sus rostros, algo parecido a lo que ocurría en Loom o The Secret of Monkey Island. En ellos se reflejará el estado de ánimo en que está el personaje en cada momento de la conversación, ya sea al preguntar algo o al asustarse al recibir una respuesta inesperada. Pero en otras situaciones que vivan los personajes, se nota un poco la falta de cuidado al cambiar de expresión. Resulta un tanto brusco pasar una línea de diálogo y que el personaje haya cambiado su mirada sin ningún tipo de transición.

Es difícil imaginarse una escena de una buena película sin un componente sonoro adecuado que acompañe a las imágenes que se están sucediendo. El sonido, sea en materia de melodías o de efectos introduce una inmersión y una implicación por parte del espectador muy difícil de lograr prescindiendo de él. En Undercover: Doble Traición existen diferentes bandas sonoras que se manifiestan según el tránsito de la historia, añadiendo diversos efectos como dramatismo, sorpresa o tensión. Algunas canciones, aunque bien compuestas y amenas, son usadas con demasiada regularidad, en general al principio del juego, donde no hay mucha acción o la situación resulta bastante neutra. Esto deja un regusto insípido y no muy agradable, aunque más adelante mejore y el apartado musical cobre algo más de importancia y protagonismo.

Los efectos de sonido son correctos y bastante frecuentes. Se pueden oír los pasos de John o Audrey, las explosiones producidas por los experimentos del Doctor Cutter y el ruido al desplegar el mapa del juego o coger algún objeto. Sin superar lo meramente adecuado, dan algo más de realismo, y están bien escogidos al encajar perfectamente. Se echan en falta algunos sonidos ambientales, como pájaros en la zona del bosque, o animales nocturnos en las escenas más tardías. Eso es algo que no se puede achacar a la poca capacidad de la portátil, ya que son meros detalles pero no estarían fuera de lugar y mejorarían un poco la experiencia del jugador.

Un problema clásico en las aventuras gráficas point&click para Nintendo DS es causado por el propio control táctil del que hace uso. Aunque indiscutiblemente es simple y efectivo, con él sólo podemos realizar una acción: click (pulsar). La acción point (apuntar) no está disponible, ya que al colocar el puntero en una zona de la pantalla táctil estamos inevitablemente pulsando en esa zona. Existen varias soluciones a este problema, como la de Hotel Dusk, que te permite rastrear con el puntero como si de un ratón se tratara, marcando aquellos objetos de interés mediante un resalto del objeto seleccionado. Pero el equipo de Sproing no se ha querido enturbiar mucho, y por tanto ofrecen una posibilidad ya utilizada en las aventuras para PC incluyendo un "revelador de puntos activos". Al pulsar el botón B o la cruceta hacia abajo de la consola, se mostrarán todos los puntos activos que haya en la sala en la que nos encontremos. Estos puntos son los elementos con los que los personajes pueden interactuar, y será muy difícil resistirse a usarlo durante el desarrollo de la aventura.

Una vez encontrado un punto activo, se nos despliega un menú con diversas acciones como coger, usar, ver de cerca, conversar o salir. Esta última acción sólo aparecerá en las salidas, que también se marcan como puntos activos en el juego. Para movernos de un sitio a otro por todo el complejo militar, los personajes podrán usar un mapa de la zona accesible desde el botón L. Aunque Audrey o John no caminan muy lentamente, será imprescindible si no queremos caer agotados de aburrimiento viendo todo el tiempo las mismas localizaciones.

Mediante otro botón, esta vez el R, podremos alternar el control del personaje que estemos controlando. Se pueden intercambiar objetos entre los dos protagonistas, y sólo uno estará dispuesto a resolver algún puzzle en concreto. Por ejemplo, Audrey no es muy fuerte y por tanto mejor no pedirle acciones que requieran esta destreza. Los problemas con los que nos encontraremos son en general bastante lógicos, exceptuando alguna combinatoria de objetos que resulta demasiado forzada o complicada debido a las escasas pistas que nos proporcionan a lo largo del juego.

A medida que avance la historia iremos comprendiendo qué hay que hacer en cada momento. Pero en ciertas ocasiones, si no comprendemos qué hacer, no habrá muchas más pistas en el entorno para ayudarnos a avanzar, y habrá que recurrir a la combinación o simplemente a repasar todo lo sucedido hasta ese momento. Tampoco se explica el porqué el personaje no quiere realizar la acción determinada. Con un contundente "Ahora no", tendremos que conformarnos, sin saber si algún día podremos hacer eso, o bien no lo podremos hacer jamás. Sin embargo algunos de los puzles que se nos propondrán resultan muy originales y divertidos, y se hacen uso de las excelentes capacidades de la máquina. En general estos puzles son minijuegos, que sin necesidad de una destreza muy grande, se adaptan bien a la historia y no están colocados porque sí. Antes de cada minijuego, aparecerá una explicación breve del funcionamiento y el objetivo del mismo, y podremos reintentarlos tantas veces como queramos.

No llegaremos nunca a tener un inventario repleto de objetos inútiles, ya que la pérdida de objetos durante el juego será una constante para rebajar un poco la dificultad. Por supuesto, sólo se retirarán cuando es seguro que nunca más se volverán a necesitar. Tampoco existen en el juego muertes o sucesos que nos conduzcan a un dead-end, algo que es muy de agradecer.

Undercover: Doble Traición es el resultado en forma de precuela de un juego ya no muy bien considerado por el público: Undercover: Operación Wintersun (nota de su análisis 60, nota de la megalista a fecha de 21/08/08: 59.84). Sin ser una aventura desastrosa, llega a convertirse en algo aburrido y monótono, salvado sólo por algunas partes más interesantes y algunos puzles realmente originales. Las localizaciones que recorreremos son siempre las mismas, y probablemente no lleguen a ser más de 20 en total. Su argumento es poco claro desde un principio, y aunque más adelante se vuelve un poco más interesante, no es suficiente para enganchar realmente y crear un interés que haga disfrutar de todas las cosas que ofrece.
Con temor a repetirme, afirmo que no es una mala aventura, pero no llega a superar a su predecesor, ni tan si quiera a igualarle.

Escrito por Madned

Publicado el 03 de septiembre de 2008

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